José Javier Salas
Coordinador Proyectos Especiales – Escuela de Educación de la UCAB – Caracas
Quizás la planificación es uno de los procesos más subestimados por muchos docentes, coordinadores, padres y representantes. En muchos sitios se escucha con frecuencia “el papel lo aguanta todo” en el sentido de que los documentos que se entregan muchas veces están llenos de buenas ideas que no se concretan o simplemente son el duplicado de planificaciones pasadas.
Quizás el “copy paste” que tanto se crítica en los chamos es aplicado por muchos docentes que proyectan lo que quieren hacer, a dónde quieren llegar, qué ejercicios quieren que los estudiantes puedan realizar, qué habilidades deben demostrar, sin tener conocimiento preciso de las condiciones del curso que atenderán.
Citando a Carriazo, Pérez y Gaviria (2020) “La planificación educativa permite la efectividad del proceso de enseñanza aprendizaje”, la planificación es una “herramienta fundamental para construir una educación con calidad”[1]
Es por ello que la planificación debe ser lo más flexible posible, en cuanto a las capacidades favorables o no del grupo que permitan superar lo planificado o racionalizar los alcances. No obstante, independientemente de las condiciones que descubramos en nuestros nuevos estudiantes el horizonte debe estar claro.
¿Tenemos claridad de dónde debemos llegar?, vale la pena recordar el artículo 102 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela cuando dice que la educación tiene “la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación social, consustanciados con los valores de la identidad nacional y con una visión latinoamericana y universal”
Para dar cumplimiento a lo antes señalado debemos preguntarnos ¿Cómo llegamos allí? Parece una pregunta tonta, pero no lo es. ¿Los caminos y formas son las mismas de hace 5 o 10 años? ¿Los énfasis que daban nuestros profesores o maestros siguen estando vigentes? ¿Las condiciones del entorno (tecnológicas, socioeconómicas, cognitivas) se mantienen con relación al año inmediato anterior? ¿Objetivos o competencias? ¿O es lo mismo? No importa el nombre, lo que tenemos es que dar clases. Aún hoy encontramos docentes aferrados al pasado.
Es por ello que la Escuela de Educación de la UCAB ofrece a los colegios un proyecto de consultoría y acompañamiento para mejorar los proyectos de planificación escolar de la mano de expertos en cada una de las áreas del saber: matemáticas, física, química, inglés, castellano, biología, ciencias sociales, arte y patrimonio.
Durante 7 días con sesiones síncronas y asíncronas los docentes podrán ajustar en función de las competencias más importantes de cada área curricular su proyecto de planificación, incorporando actividades integradoras y de evaluación novedosas. Moldeando la planificación original como un orfebre hasta lograr un producto nuevo digno de nuestros estudiantes.
Apoyado en las TIC, de manera de reducir los traslados, la inversión financiera y de actualizar en el uso de herramientas digitales al mismo tiempo que se desarrollan las discusiones y acuerdos pedagógicos. En las imágenes podemos apreciar el propósito de cada uno de los 7 días de atención.
La planificación no es un juego, ni una tarea residual, es una actividad medular que requiere la mayor atención y acompañamiento posible. Para ello cuentan con el equipo de expertos de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello.
Hasta el momento hemos desarrollado varias ediciones de este proyecto en diversos Colegios.
Gracias por llegar hasta el final.
[1] Carriazo, C.; Pérez, M. y Gaviria K. (2020) Planificación educativa como herramienta fundamental para una educación con calidad. Utopía y praxis latinoamericana. Universidad del Zulia.